La hermandad de la Coronación, por más años que pasen, nunca cambiará su estilo. Ese aire de cofradía de barrio alegre pero elegante, seria incluso en algunos momentos, que le confieren una categoría tremenda en su puesta en escena cada Domingo de Ramos. La dolorosa, la Reina de la Paz, se paseó por las calles de nuestra ciudad, al igual que lo hizo el misterio de la Coronación de Espinas, capitaneado por Tomás Sampalo. Una hermandad que hizo las delicias en la tarde de ayer cuando pasó por el barrio de San Pedro, justo a la salida de la hermandad, confirmando la excelente trayectoria de una hermandad que aglutina los siglos en su propia historia