La salida de la procesión se produjo a las seis de la tarde con un cortejo que integrado por 450 hermanos. Asimismo, participaron corporativamente representaciones de hermandades jerezanas, que fueron invitadas, y de otras localidades como la Esperanza Macarena, la Esperanza de Triana y la Hiniesta, de Sevilla, la Sentencia de Cádiz, Humildad y Paciencia y Oración en el Huerto de El Puerto de Santa María, la Vera-Cruz de San Fernando, Tres Caídas de Arcos, Humildad y Paciencia de Chiclana, la Salud de Rota y Estudiantes de Utrera. El itinerario que siguió la comitiva fue el siguiente: Catedral, Manuel María González, Monti, Arenal, Consistorio, Asunción, Plateros, Tornería, Rafael Rivero, Cristina, Larga, Arenal, Corredera, Angustias, Pedro Alonso, Sol y Plazuela.
A lo largo de este recorrido destacaron varios momentos clave como el que se vivió en la plaza el Arenal de ida. Allí se le cantaron piezas clásicas dedicadas a la Virgen por la Coral Catedralicia. Más adelante, en Asunción, el Ayuntamiento entregó un recuerdo a la Esperanza junto con un homenaje musical que estuvo a cargo de María Mestre interpretando piezas clásicas dedicada a María. En la Tornería se le ofrecieron a la Virgen diversas petalás y plegarias. En la Alameda de Cristina se retiraron las representaciones de las hermandades y las oficiales e incluso el cortejo de hermanos, permaneciendo el estandarte de la hermandad, la junta de gobierno con cera y la presidencia, con la idea de que los hermanos puedan disfrutar de la procesión el resto del itinerario. Asimismo, en este punto, la Agrupación Musical de La Estrella y la Banda de Cornetas y Tambores Presentación al Pueblo, ambas de Dos Hermanas, se despidieron de la Virgen interpretando juntas una marcha dedicada a la Esperanza. Precisamente, la música fue un aspecto destacado de la procesión. Delante de la cruz de guía fueron dos bandas que alternaron las interpretaciones, la Estrella y Presentación al Pueblo. Tras el palio de La Esperanza, hasta la plaza del Arenal de regreso, tocó la banda de Nuestra Señora de la Oliva de la localidad de Salteras. Desde ese lugar hasta la recogida, la de Guadalrosal.
Siguiendo con la secuencia de la tarde y noche, en las Angustias la Virgen fue recibida por la hermandad de las Angustias y en La Trinidad, por Humildad y Paciencia. Una vez superado el arco de entrada a la calle Pedro Alonso, se vivieron los momentos finales de la procesión. La calle Sol estuvo alfombrada por completo gracias al trabajo que desde el pasado jueves llevaron a cabo jóvenes de la hermandad junto a otros de diferentes cofradías. En la calzada se vieron erán composiciones con las letanías de la Virgen y otros motivos. En los balcones hubo reposteros y colgaduras, una muy especial situada en la vivienda donde nació Lola Flores, que fue nombrada hermana de honor de La Yedra en 1953. Y en esa misma calle, desde una de sus casas, el pregonero de la creación canónica, Andrés Cañadas, ofreció unos versos a la Esperanza, cerrando el momento Luis Lara con la saeta que cantó en el mismo pregón. Más adelante, Manuel de la Fragua volvió a interpretar la Soleá que dedicó a la Esperanza en el pregón y la Asociación de Vecinos de San Miguel cantó una plegaria.
La coronación, por la mañana
A las 11.25 horas el Obispo Mazuelos le impuso a la Señora de La Plazuela la bella corona bajo su palio. Jerez vivió ayer, por tanto, el gran día de la Esperanza, que culmina el trabajo, actos y cultos desarrollados desde que se decretó la coronación canónica hace tres años. Los hermanos vivieron el momento clave con una gran emoción.
La misa solemne de pontifical que presidió el obispo diocesano, monseñor José Mazuelos, se celebró en la mañana del sábado ante más de mil personas. Fue concelebrada con el obispo de Gerona, Francesc Pardo i Artigas, y varios sacerdotes más. Contó con la participación del coro y orquesta de la Catedral dirigidos por Ángel Hortas, que interpretaron piezas de Mozart, Händel, Deiss y Bach. Al programa musical se les unió la intervención del tenor jerezano, Ismael Jordi, que cantó de forma soberbia el Ave María de Shubert. La primera lectura la hizo el hermano mayor, Ildefonso Roldán, la segunda el presidente de la Unión de Hermandades, Pedro Pérez, y la oración de los fieles, el consiliario de Juventud de la junta de gobierno, José Manuel Oca.
Nuestra Señora de la Esperanza esperó en su paso de palio, que estaba situado en el mismo lugar donde se había instalado el altar para el triduo. La corona que le fue impuesta a la Virgen por el prelado jerezano ocupó hasta el momento clave un lugar destacado a los pies del presbiterio. El acceso a la Catedral fue por invitación ya que entre el protocolo previsto y los hermanos de la hermandad se supera el aforo, calculándose que son alrededor de 1.500 las personas que han podido acceder al templo, donde se colocaron dos grandes pantallas de leds para seguir la ceremonia. La televisión municipal también retransmitió en directo la pontifical y más de una treintena de periodistas, informadores y gráficos se acreditaron para la zona de prensa.
Para tan singular ocasión, la Virgen vistió su manto y saya de salida, con el rostrillo que le regaló la junta de gobierno con motivo de la coronación. Se trata de un encaje Bruselas del siglo XVIII. Asimismo, llevó en sus manos los rosarios regalados por las hermandades de la Coronación y la Redención, ya que la idea es que la Esperanza haya sacado o llevado puesto todos los regalos que le han hecho las cofradías jerezanas en los diferentes cultos y procesiones llevadas a cabo. El paso de palio estuvo decorado con flores de tonos pastel muy pálidos, sobre todo el rosa con variedades como las rosas acuawater y rosas acuager, que sólo se dan en este tiempo, rosas pitiminí en rosa palo, mini calas en tonos rosas y flor de cera.