El Transporte está claro que es una cofradía al alza. Y lo es, porque entendió dos factores imprescindibles para captar la esencia del Domingo de Ramos, la vista y el oído. Si los pasos andan bien, y la música es excelente, todo es luego mucho más fácil…
Espectacular la cofradía por alguno de sus enclaves más emblemáticos, y un acierto recogerse por calle Francos, en lugar de por la desangelada Porvera, la calle que sólo quiere la Soledad… porque es de su propiedad. Bien el Rosario de Cádiz, de nuevo, y bien la banda de música de la Soledad de Cantillana.
Una hermandad que, de la mano de Manuel Monje y Jaime Racero, y acompañado por un cortejo blanco elegantísimo, ha conseguido recuperar un sitio en el Domingo de Ramos que todos veían perdido… Una cofradía con un futuro prometedor, que vive un presente radiante.