Faltaban pocos minutos para las diez de la mañana. Pedro Pacheco se disponía a salir de su casa para ir a desayunar a un bar cercano con unos amigos, como acostumbra a hacer casi a diario, siempre que sus obligaciones se lo permiten. La sorpresa fue mayúscula cuando se topó con dos agentes de la Policía Nacional que le esperaban en las inmediaciones para detenerlo. Y es que el exalcalde, tras la petición de indulto y el recurso de nulidad presentados recientemente, no se esperaba que fuese a ser detenido este viernes para ser llevado a prisión para cumplir la condena de cinco años y medio. Cabe reseñar a este respecto que, al no haber ingreso voluntariamente en la cárcel, la autoridad judicial ha sido la que ha elegido el centro penitenciario para que Pacheco cumpla condena, optando en este caso por el más cercano, Puerto III.
La Policía Nacional pretendía una detención discreta, con sigilo, para evitar llamar la atención de los vecinos, de ahí que únicamente dos agentes se desplazasen a la vivienda de Pedro Pacheco cuando sabían que salía a desayunar. Fue trasladado inmediatamente a la Comisaría de la plaza del Arroyo, a la que entró por un acceso lateral. No permaneció allí demasiado tiempo, concretamente hasta aproximadamente las 11.30, momento en el que un furgón de la Guardia Civil salía con él dentro para trasladarlo a Puerto III.
Así, ingresó poco antes de las doce del mediodía en la cárcel portuense, a la que el vehículo de la Benemérita entró sin ni tan siquiera parar en la puerta de acceso, donde aguardaban decenas de periodistas que intentaban inmortalizar el momento.