La alcaldesa, María José García-Pelayo, ha presidido el acto institucional de la lectura del Manifiesto en Defensa del Flamenco, que ha estado a cargo de Pepe Marín, con motivo de la celebración, mañana domingo, 16 de noviembre, del cuarto aniversario de la declaración del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por parte de la Unesco.
García-Pelayo ha agradecido a todos los que forman parte del mundo del flamenco: artistas, peñas flamencas, instituciones, aficionados y particulares, por su contribución para sacar adelante proyectos, como la III Semana del Día Internacional del Flamenco, con los que queremos rendir tributo a tantas y tantas personas, famosas y anónimas, que gracias al flamenco llevaron el nombre de Jerez muy lejos.
Igualmente, la regidora ha avanzado que el Ayuntamiento tiene previsto firmar un convenio con la Federación de Peñas Flamencas que repercutirá en todas las peñas de Jerez para realizar acciones más coordinadas.
La regidora ha puntualizado que la apuesta del Ayuntamiento, no sólo consiste en recordar a los grandes artistas que tuvimos y valorar a los veteranos, sino también consiste en apostar por los nuevos talentos del flamenco, que serán –al fin y al cabo, los que seguirán manteniendo, en lo más alto, la marca flamenco de Jerez.
La primera edil ha recordado las palabras de Paco Cepero, al que ha agradecido su asistencia al acto, en las que el artista jerezano ha comentado en varias ocasiones que los artistas de hoy y las peñas se tienen que comprometer en impulsar a los artistas del mañana.
La alcaldesa ha declarado que en Jerez, el flamenco es mucho más que una manifestación cultural o una expresión artística, ya que a su entender, el flamenco en Jerez es un sentimiento y una forma de vida.
Patrimonio de un pueblo
Pepe Marín ha manifestado que el flamenco era, y continúa siendo, patrimonio de la humanidad antes, mucho antes de ese reconocimiento patrimonial que, bienvenido sea, si ello puede suponer una mejora cualitativa en la consideración de los públicos, muy especialmente –y aunque pueda parecer extraño-, de los públicos andaluces –especialmente autóctonos- que, bien por su enorme efecto cuantitativo, solemos obviar con demasiada frecuencia, olvidándonos de que el flamenco es un arte patrimonio de un pueblo, que una inmensa parte de ese pueblo es el jerezano, que otra parte, no menos importante, es el de una provincia: Cádiz, y no menos importante pertenece a una región como es la andaluza. Con otras felices ramificaciones.
A juicio de Marín, el flamenco debe ser una disciplina exigente, una actividad profesional ya sea mediante la reunión o el espectáculo para un escenario. Aspectos que deben ser tenidos en cuenta por cantaores, guitarristas, bailaores, palmeros y público, pues en definitiva, ya sea reunión o espectáculo, al público va dirigido. Valoremos en todo momento lo mucho que de valorable tiene el trabajo de los hombres y mujeres que viven por y para el arte flamenco, ya sean estos aficionados o abiertamente profesionales.