La Cátedra de Flamencología de Jerez ha concedido el Premio de la Crítica al bailaor Manuel Liñán por su espectáculo ‘Reversible’, que se puso en escena el 26 de febrero en el Teatro Villamarta, escenario principal del XX Festival de Jerez que finalizó el 5 de marzo. Este reconocimiento cuenta con el respaldo mayoritario de los votos emitidos por los críticos acreditados en el certamen de baile flamenco y español.
La Cátedra de Flamencología de Jerez hace pública su decisión, tras la reunión celebrada días atrás por el subdirector de la institución, Manuel Pérez Celdrán, y el responsable de Relaciones Públicas de la misma, José Marín Carmona. Dicha reunión tenía como único orden del día el recuento de los votos emitidos por los críticos especializados y, a tenor del resultado, la concesión del galardón al artista o espectáculo más votado por su destacada participación en la última edición del Festival de Jerez.
Manuel Liñán se hizo acreedor al Catavino de Plata y el correspondiente diploma acreditativo que entrega cada año la Cátedra de Flamencología de Jerez, con el patrocinio del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xeres-Sherry, Manzanilla de Sánlucar y Vinagre de Jerez.
El bailaor granadino hace en ‘Reversible’ un viaje emocional a través de la memoria que lo traslada a los primeros recuerdos, instintos e impulsos. Y ello se pone de manifiesto a través de una serie de coreografías que se sitúan en el ciclo vital de la infancia, época en la que pretende recuperar “la inocencia perdida arrebatada por aquellas directrices sociales e internas que, en ocasiones, desvirtuaron mi estado natural”, según ha explicado Liñán. “Un estado natural que no sabe ni de géneros ni de formas, que siente por igual lo masculino y lo femenino”. De este modo percibe el mundo que le rodea y, sólo desde esta óptica, “soy plenamente coherente conmigo mismo y con los demás”, añade. Con ‘Reversible’, Manuel Liñán intenta “romper con limitaciones sociales, miedos personales, prejuicios y estereotiopos”.
A partir de esa reflexión, configuró un repertorio de doce piezas, que interpretó junto a sus dos bailaores invitados: la gaditana Lucía la Piñona y el polifacético barcelonés José Maldonado, también pintor y diseñador del vestuario. Van de ‘Bulería’ a ‘Bulería’, pasando por ‘Romance’, ‘Folklore’, ‘Trémolo’, ‘Tientos’, ‘Tangos’, ‘Transición y Solo’, ‘Mirabrás, Cantiñas y Alegrías’ -con la colaboración especial de El Torombo-, ‘Romance’, ‘Guajira’, ‘Transición’ y ‘Soleá’.
La banda sonora de ese recorrido circular la dejó en manos de un plantel musical en el que estaban presentes, como intérpretes y autores, los cantaores Miguel Ortega y David Carpio, los guitarristas Francisco Vinuesa y Pino Losada, y el percusionista Miguel El Cheyenne.