El Ayuntamiento de Guadalcacín ha recordado al Ayuntamiento de Jerez que la Azucarera continúa almacenando pulpa de remolacha en las antiguas instalaciones, a pesar de que debía haber cesado completamente su actividad dos semanas después de que se le comunicase la revocación de la licencia concedida por el Ayuntamiento matriz, a mediados del mes de julio.
“Cualquiera que pase por allí”, ha explicado Nieves Mendoza, “puede ver claramente que no se han retirado la mayoría de las grandes bolsas en las que se almacena la pulpa de remolacha, a pesar de que en el mes de julio, el Ayuntamiento de Jerez se comprometió a revocar la licencia de almacenaje, a petición de nuestros vecinos y vecinas; y entendemos, por lo tanto, que la empresa debería haber retirado, pasadas ya más de diez semanas, la mayoría de lo almacenado”.
“Por el contrario”, explica la alcaldesa de Guadalcacín, “da la impresión de que continúa adelante el almacenaje; porque si no, no se entiende que aún sea visible esa cantidad almacenada”. “Por ello”, ha añadido, “esperamos que en breve el Ayuntamiento de Jerez inspeccione las instalaciones y, compruebe que, efectivamente, se está cumpliendo esa revocación”.
Hay que recordar que la concesión de licencias para realizar este tipo de actividades es de única competencia del Ayuntamiento de Jerez. El pasado verano concedió licencia para la experimentación con pulpa, lo que ocasionó numerosas molestias a los vecinos y vecinas; hecho que, a su vez, provocó el compromiso expreso de la alcaldesa jerezana, María José García Pelayo, de que no se volvería a conceder. Sin embargo, esta primavera pasada, el Ayuntamiento de Jerez volvía a conceder una licencia a la Azucarera, en este caso no para experimentar sino para almacenar pulpa en proceso de fermentación en grandes bolsas envasadas al vacío. Un hecho que volvió a provocar las quejas de los vecinos y vecinas que, a su vez, motivaron el compromiso, en este caso del concejal de Urbanismo, Agustín Muñoz, que en una asamblea en la entidad local a principios de julio aseguró que la licencia sería revocada.
Sin embargo, casi tres meses después, a simple vista no parece que se hayan producido cambios sustanciales, al menos exteriormente, respecto al momento en el que se produjeron las quejas.
“Hace tres meses nos sentíamos satisfechos por esa rápida revocación”, finaliza Mendoza, “pero ahora comprobamos que ni la empresa se está comportado con la diligencia necesaria en el desalojo de las instalaciones ni el Ayuntamiento de Jerez está comprobando y vigilando el cumplimiento de esa revocación y, en su caso, procediendo a la pertinente multa si fuera necesario. Creemos que un plazo de más de dos meses y medios es más que suficiente”.