El vestuario del Xerez Deportivo sabía que el duelo en Ubrique era una de las grandes pruebas de la temporada y por eso abandonó el Antonio Barbadillo con una gran satisfacción. De hecho, Carlos Orúe reconocía al término del encuentro que “se esperaba un partido muy complicado, y así lo ha sido. Lo que pasa es que el equipo ha salido muy enchufado y ha hecho un primer tiempo extraordinario. Nos hemos ido dos a cero al descanso pero podrían haber sido cuatro o cinco perfectamente”.
Según el preparador xerecista “con los cambios el equipo se ha descontrolado un poquito y el Ubrique ha querido meter su gol. Lo cierto es que hemos tenido que sufrir un poco al final para mantener la puerta a cero. Entiendo que el resultado es justo, o incluso corto, por lo que estoy muy contento con el trabajo de los jugadores”.
Además, la fiesta futbolística fue redonda, pues la afición disfrutó de un gran ambiente: “Para mí es lo más importante. Estas dos aficiones dejaron el año pasado una espinita y hoy nadie se ha acordado de aquello y el partido ha sido una fiesta. Los jugadores también se han comportado muy bien, por lo que tenemos que irnos muy contentos de Ubrique”.