La hermandad de la Yedra celebró anoche por las calles de San Miguel su tradicional procesión con la Virgen del Rosario, la pequeña devoción de gloria de la cofradía. Saliendo a las ocho de la tarde, la procesión buscó la Cruz Vieja por la calle Empedrada, hasta llegar a la calle Molineros, donde como cada año, la corporación hizo sonar la marcha Amarguras, de Font de Anta. Una vez superado este primer tramo de la procesión, el Rosario se encaminó hacia la plaza de las Angustias, para recogerse antes de las once de la noche, envuelta en el aroma de las grandes procesiones de gloria de la ciudad.
Desde hace años, la procesión del Rosario de la Yedra está más que consolidada, gracias al buen hacer de las distintas juntas de gobierno, así como a otros aspectos necesarios para ensalzar las virtudes de esta procesión. Magnífica la banda de Guadalrosal, compenetrada en todo momento con una cuadrilla de costaleros que, levantando a pulso aliviado y mandados por Miguel Jaén Torres, demostraron su oficio durante las tres horas que duró la salida procesional.
Con el cierre de esta procesión la hermandad puede afrontar con mayor tranquilidad un intenso mes de diciembre, en el que se unirán los cultos habituales de la Esperanza con la zambomba que la hermandad está organizando en el Teatro Villamarta, dirigida por el periodista Andrés Cañadas Salguero.