La Hermandad del Rocío de Jerez llega este sábado a la aldea almonteña, a la espera de completar esta peregrinación a la Blanca Paloma con la visita de la Virgen el lunes en procesión a la casa hermandad de Jerez. Los jerezanos comenzaron la peregrinación el pasado miércoles inmersos en unas condiciones meteorológicas muy desfavorables, pero el paso de las horas el tiempo les ha ofrecido una tregua y ya han podido disfrutar de los primeros rayos de sol en su camino hacia la Aldea. Este viernes se celebró la misa en los Ánsares, aunque la jornada acabó de lo más accidentada. La hermandad tuvo que abandonar Doñana por la fuerza pese a que en un principio se dijo que podría hacer noche en Manecorro. El 112 les obligó a salir del parque “por razones de seguridad”, dejando a unos 300 romeros sin poder acampar y con graves problemas de organización.
Los cerca de 1.300 romeros jerezanos han permanecido unidos en este camino de ida, experimentando una extraordinaria convivencia y armonía entre todos, rezando a la Virgen, cantando y bailando y sintiendo con pasión cada paso durante el trayecto para el que han usado un total de 155 vehículos a motor y doce carretas, más la del Simpecado morado, y diez charres.
El rezo del Ángelus en la jornada inaugural no se pudo hacer en el Barroso ante el mal estado del terreno por lo que la hermandad decidió que se hiciera en la misma carretera al no haber otra alternativa. Sin mucha más demora se puso rumbo a Sanlúcar donde la Hermandad del Rocío de Jerez embarcó en Bajo de Guía para continuar el camino por las arenas de Doñana. La primera noche se durmió en Marismilla y el será tuvo lugar la primera misa de camino, para seguir hasta el rengue del Carrizal, atravesar los arenales del Trigo y la acampada en Carboneras o Corral de Félix.