Del equilibrio al desequilibrio y viceversa. Así es como se plantea el baile Rocío Molina, una artista inquieta y que siempre busca y rebusca hasta encontrar cosas nuevas. Del particular caos en que está envuelta su inquietud natural surgen espectáculos como ‘Caída del cielo’, que mañana miércoles día 28 de febrero pone en escena en el Teatro Villamarta en el XXII Festival de Jerez. Un baile que, en este caso, primero es físico y luego pasa por el tapiz del concepto.
La sexta jornada de la muestra jerezana reúne otras propuestas no menos interesantes. Siguiendo con el baile, figura el ‘Réquiem’ de Ana Morales como parte del Proyecto de Residencia que aglutina a varios festivales, entre ellos el de Jerez, que tendrá lugar en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre; y el debut de Miguel Ángel Heredia en Sala Compañía dentro del ciclo ‘Savia Nueva y Universal’.
El cante nos lleva al particular universo artístico de Rocío Márquez, que presentará su disco ‘Firmamento’ en la Bodega González Byass dentro del ciclo ‘Mujeres de la Frontera’. “Siempre tengo ganas de venir a Jerez pero, más aún, por lo del año pasado”, dijo Rocío Molina. “Lo del año pasado” fue la suspensión de su actuación por una inoportuna enfermedad que la obligó a reposar unos 20 días.
A la hora de desenmarañar las claves de este ‘Como caída del cielo’, la joven bailaora malagueña -con un Premio Nacional ya a sus espaldas- explicó que se trata de “un viaje que tiene renacer”. Y en esa primera parada dio rienda suelta a los impulsos vitales de su cuerpo “antes que la mente”. Esos movimientos, hasta cierto punto irracionales, provocaron sus primeras “caídas flamencas sin técnica” contra el suelo, de una forma casi “agresiva”. Como “hacía lo que mi cuerpo me pedía”, se vio obligada a utilizar protecciones en las partes más sensibles de su anatomía. Recordó que esa primer experimento tuvo lugar en un escenario con Fernando de la Morena al cante. “Me hinqué de rodillas y el cantaor lo entendió, me empezó a dar mucho”, precisó Rocío Molina.
Después de esta primera fase, en su relación con el suelo, le siguió otra más sosegada donde experimentó “una nueva sensibilidad” más placentera en el contacto. “Eso me acercó al cielo, al supuesto paraíso, a lo bello”.
“Vivir en el infierno”
Sin embargo, de este equilibrio perfecto pasó de nuevo al desequilibrio. “Esa belleza, tanta perfección, no iba conmigo. Me podía aburrir”, añadió la bailaora. De nuevo surge la “caída”, el descenso del cielo sin conflictos ni inquietudes artísticas. Y es que Rocío Molina prefiere “vivir en el infierno”. “Para mí eso es la vida; lo demás es falso”.
Pero cuando ella llega al fondo tenebroso -”mi fondo”- resurge, tarde o temprano, de esta oscuridad. Con el sello propio de su baile, claro. Pues, “vuelvo a renacer” en ese particular viaje interior que cada uno lleva a su forma y modo. La conclusión es bien evidente: “En mi infierno encuentro el paraíso”, sentenció Rocío Molina.
Como si fuera un ángel caído, pasa de la luz a las sombras; del silencio, al ruido; del orden, al caos. Y estas transformaciones se producen -según Carlos Marquerie, co-director y dramaturgo del montaje- “desde un cuerpo en equilibrio a un cuerpo que celebra ser mujer”. Belleza y fealdad se intercalan en esta obra que está estructurada en dos partes opuestas. En la primera, la más luminosa, Rocío Molina baila completamente sola en el escenario. En la segunda se incorporan los músicos: Eduardo Trassierra (guitarras), José Ángel Carmona (cante y bajo eléctrico), José Manuel Ramos ‘Oruco’ (compás y percusiones) y Pablo Martín (batería, percusiones y electrónica).
El espectáculo rinde, además, un pequeño homenaje a varias figuras del flamenco: Enrique Morente, Camarón de la Isla y Carmen Amaya. La jornada comenzará, no obstante, poco después del mediodía en el Museo del Enganche de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre donde Ana Morales presentará su ‘Réquiem’ como parte de su Proyecto de Residencia que comparte con la muestra jerezana, London Flamenco Festival, Tanzhaus Dusseldorf y Festival de Almería.
Un ensayo con público
“’Réquiem’ es un homenaje a mi padre, a la familia que tengo en Sevilla”, afirmó la bailaora ante los medios de comunicación. No obstante, hizo hincapié en que no se trata de un espectáculo cerrado, sino de “abrir en canal al público un ensayo en un espacio maravilloso”. “En cada lugar de residencia del proyecto intento incluir piezas nuevas. En Londres el resultado ha sido muy bueno. Aquí hemos metido más música”, explicó Ana Morales.
Al no ser un espectáculo cerrado, habrá un coloquio con el público al finalizar una propuesta que reúne “una parte de improvisación y otra de trabajo”, según José Manuel Álvarez, que será el contrapunto masculino en el baile de ‘Réquiem’. El equipo artístico lo completan Juan José Amador al cante y Daniel Suárez a la percusión. Con Ana Morales ha colaborado Guillermo Weickert en la dirección artística y escénica.
“Firmamento’ nace de una propuesta del Teatro Real”, informó la cantaora Rocío Márquez, que presentará su trabajo discográfico en la Bodega González Byass dentro del ciclo ‘Mujeres de la Frontera’. Un encargo relacionado con textos de Federico García Lorca y que llevó a Rocío Márquez a “buscar otros timbres, cambiar los instrumentos”. De modo que, tras el estreno en el Teatro Real, “pudimos tirar del hilo”. De ese “sacar punta” nació el disco.
El trabajo discográfico recoge letras nuevas de mujeres de varias generaciones como Isabel Escudero, Christina Rosenvinge, María Salgado o ella misma. “Textos más sociales y actuales”, pues convencida está Rocío Márquez que el flamenco es “un instrumento para transmitir mucho”. Y conectar “desde el corazón”.
Sobre el escenario de Bodegas González Byass contará con el piano de Daniel B. Marente, los saxos de Juan Jiménez y la percusión de Antonio Moreno. Finalizará esta extensa jornada del Festival con el debut del bailaor jerezano Miguel Ángel Heredia en Sala Compañía dentro del ciclo ‘Savia Nueva y Universal’, donde pondrá en escena su primer montaje titulado ‘Sentío cabal, bailando pa cantá’.
“Nace de una frustración. Yo soy un cantaor frustrado”, confesó Miguel Ángel Heredia. Su devoción hacia el cante le lleva a incluir en su equipo artístico a cantaores varias generaciones. Éste es el caso de Luis Moneo, Miguel Lavi y Manuel de la Nina. Contará con el baile de Concha Vargas como artista invitada. Todo ello aderezado con las guitarras de Paco Iglesia e Ismael Heredia y las palmas de Manuel Salado.
“Este Festival será para mí inolvidable”, dijo Miguel Ángel Heredia. Y es que, además de debutar en el certamen, recientemente ha recibido el Premio Artista Revelación que otorga la Federación Local de Peñas Flamencas por su actuación el pasado año.