La cita era a la una de la tarde. Esperada por todos, almonteños, jerezanos, lugareños… Jerez ha llegado hoy al Rocío, y lo ha hecho rompiendo el aire con sus sones inconfundibles, con el vuelo de los volantes de los trajes de gitana, con las voces de bronce de los gitanos más señoriales, con las bulerías más exquisitas… Ya está aquí Jerez, porque Jerez ha llegado hoy a la Aldea del Rocío, a cumplir un sueño que lleva repitiéndose, cada noche, en las almohadas de los romeros…
Tras cuatro días de camino, hoy los peregrinos al fin pueden entregar su esfuerzo, su sudor y su devoción a la Virgen del Rocío. Tras eternas jornadas repletas de cansancio, la caballería podrá, elegante, saludar a la patrona de Almonte, mientras que el simpecado se vuelve ante la Reina de las Marismas en una presentación esperada por todos, y no por ello menos deseada. Jerez ya está en el Rocío, y por tanto, el corazón de la Aldea se desplaza por unas horas hasta la calle Muñoz y Pavón y Bellavista, para ver cómo canta el Coro Al Alba, para ver la petalá del Sopetón, para emocionarse con las niñas del Pastorcito Divino, o con la solera de la peña La Carbonera. Jerez llega desde la Albarizuela hasta el Rocío, y se queda en la peña Manuel Valderas junto a la Madre de Dios, que hoy espera en su ermita a que los almonteños, en apenas 48 horas, salten su reja pasearla, por tercera vez en tres semanas, por las calles de la Aldea.
Y mientras llega ese momento, disfrute con Jerez. Siéntase orgulloso de ser de esta bendita tierra que, gracias al esfuerzo de nuestros antepasados, hoy muestra altanera su cariño, su fe, su devoción y su amor por la Virgen del Rocío, y lo hace saboreando cada paso de cada simpecado, cada carreta de bueyes, cada peregrino sediento, que pase por Bellavista o Muñoz y Pavón durante toda la jornada. Una jornada que terminará, a buen seguro, cuando los rayos del sol despunten en la mañana del domingo, clareando la marisma…