El bailarín malagueño Manuel Cañadas relaciona danza y palabra, una alianza que le permite contar historias con su cuerpo, en su espectáculo ‘Petroff sólo quiere bailar’. Este singular montaje podrá verse este miércoles día 17 de julio en el Teatro Villamarta (21.30 horas) con motivo del I Encuentro Internacional de Coreografía y Danza de Jerez.

“Es un espectáculo ideal para este Encuentro”, señaló Rubén Olmo, director artístico del certamen, en la presentación ante los medios. Tras destacar que Manuel Cañadas “fue uno de los primeros en incorporar la danza contemporánea” en Andalucía, precisó que, gracias su trabajo, “hoy podemos disfrutar en nuestra comunidad autónoma de un gran nivel” en esta disciplina artística. Asimismo, hizo hincapié en la valentía de esta propuesta, puesto que “se enfrenta en solitario al público, al ritmo y a su propia danza”. “Sin disfraz”, apostilló.

‘Petroff sólo quiere bailar’ fue estrenado hace cuatro años, coincidiendo con la plena madurez vital y artística de Manuel Cañadas, un bailarín que, una vez cumplidos los 40 años, se replantea su visión del arte. De hecho, este montaje lleva por subtítulo ‘Coreografía panfletaria para momentos de crisis’. Acto seguido, estas reflexiones se plasman en un papel y dan paso a un monólogo “que tardé tres meses en escribir”.

Manuel Cañadas crea un personaje –Petroff- sobre el que gravita la vida de un bailarín. “Un personaje creado desde la libertad, la expresión más pura y limpia”, precisa. Sin embargo, el artista malagueño va más allá del baile por el baile. “No basta que ejecute”, sino que también se crea sus historias con la finalidad de que el espectáculo adquiera una estructura teatral básica.

Recursos narrativos

La parte narrativa de este ‘Petroff sólo quiere bailar’ toma como referencia esos textos escritos por Cañadas que se presentan ante el público a través de diferentes voces en off –la de una niña, la de una mujer e incluso la voz de su propia conciencia-. A ello se suman otros recursos narrativos como marionetas, luces y hasta bandas sonoras. “Bailar es el motor del personaje, pero desde la necesidad de alcanzar la expresión teatral de la danza”, añade. Para ello, ha dejado la dirección escénica en manos de Belén Lario de Blas, mientras que las marionetas son obra de María José Roquero.

Y es que Manuel Cañadas parte de la idea de que la danza no es sólo algo estético, sino que posee un lenguaje propio que debe posibilitar la conexión con el espectador. A su juicio, muchas de las propuestas que se exhiben en diferentes certámenes y escenarios no tienen en cuenta la capacidad de reacción del público, produciéndose en estos casos “la desconexión”, una falta de entendimiento que “no es cuestión de cultura, sino de saber transmitir”. De ahí que incida en el concepto teatral de sus espectáculos, en la utilización de otros recursos escénicos para hacer más comprensible la danza y llegar al mayor público posible.

Una larga carrera

Manuel Cañadas tiene tras de sí una dilatada trayectoria artística que sobrepasa ya los 20 años de experiencia. Ha formado parte de compañías como Málaga Danza, La Cuadra de Sevilla y Producciones Imperdibles, entre otras.

En 1997 crea su propia compañía –Perros en Danza-, obteniendo el primer premio en el IV Certamen Coreográfico de Maspalomas de 1999 con la coreografía ‘También soy de aquí’. La compañía fue distinguida con el Premio Revelación en la Muestra de Teatro Palma del Río 2001, con la obra ‘Vida perra al compás’.

‘Cielo y gloria (Cuento pa to er mundo)’ y ‘El museo se mueve’ son los títulos de algunas de sus creaciones. Entre sus últimos trabajos, destaca su colaboración con Danza Mobile en ‘Jaquelados’ y ‘Descompasados’; y con Teatro de la Estación en ‘María Estuardo’. En 2010 la Diputación de Sevilla le concedió un premio por su labor investigadora en el movimiento y su coraje interpretativo con motivo del Día Internacional del Teatro.