Orihuela, uno de los capitanes del Xerez DFC, analizaba en la jornada de hoy todo lo sucedido ayer en el Antonio Barbadillo de Ubrique, en un encuentro que tuvo que ser suspendido por incidentes graves entre aficionados de uno y otro equipo. El centrocampista reconoce que fue “una pena porque el partido estaba yendo bien, con normalidad, y ninguno de los equipos estábamos haciendo entradas duras ni bruscas”.
Orihuela destaca que el partido era “limpio, pero la pena fue cuando metimos el gol, con el altercado que hubo, a consecuencia de un aficionado de ellos, y fue una pena”, aunque espera que no vuelva a suceder: “Esperemos que no ocurra nunca más, ya que de estos errores hay que aprender. Es cierto que estás en caliente, pero uno debe tener la cabeza fría, y más en este tipo de campos, difíciles, ya que ellos se están jugando mucho y querían sacar el partido adelante, pero espero que no ocurra más”.
El futbolista del Xerez DFC relata que “el árbitro nos reunió a los capitanes en vestuarios y nos informó que solo había seis agentes de la Guardia Civil en el pueblo, por lo que no aseguraba la integridad fisica de los jugadores, por lo que decidimos no seguir jugando“. Un encuentro cuya reanudación dependerá de lo que decida el Comité de Competición esta semana, aunque Orihuela asegura que el duelo se terminará jugando: “Seguramente se jugará, y más con lo que se está jugando el Ubrique, por lo que imagino que la Federación decidirá que se disputen esos 15 minutos que faltan a puerta cerrada”.