Es una lacra difícil de erradicar. Los médicos de la provincia de Cádiz han sufrido más de 50 agresiones -físicas o verbales- en el desempeño de su profesión en lo que llevamos de año, según la estimación del Colegio Oficial. Son 26 las denuncias que esta institución está gestionando desde el pasado mes de enero pero son otras muchas las que no pasan necesariamente por este organismo.

Según el presidente del Colegio, Miguel Morgado, “la cifra se mantiene alta y si cambia con respecto al año pasado, es hacia arriba no hacia abajo”, explica. Uno de los motivos de ese temido repunte es que “la p0blación está más irritada”. Las áreas donde se producen más episodios violentos son las Urgencias y los centros de Atención Primaria, aunque ya se están registrando también algunas situaciones conflictivas en las consultas privadas. “Donde se pueden dar más casos es en Jerez, pero por la sencilla razón de que es donde hay más población. En las localidades pequeñas estos incidentes son más aislados pero también ocurren”, asegura Morgado.

Algunas de estas agresiones en la provincia han sido muy graves, como explica el representante de los médicos colegiados. “En una ocasión pretendieron romperle la cabeza al médico con la silla de la consulta”, cuenta Morgado. El caso más grave ocurrió hace algún tiempo en Murcia, donde una doctora de Urgencias murió asesinada en su puesto de trabajo.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS), en sus estadísticas propias, tiene registradas 22 agresiones a profesionales sanitarios, hasta el mes de septiembre incluido, en la provincia de Cádiz. En el resto de la comunidad autónoma se ha tenido constancia de 162 casos. En 2011, los servicios jurídicos del SAS realizaron 242 asistencias letradas en toda la comunidad y se notificaron 174 sentencias condenatorias. Además, se notificaron nueve sentencias condenatorias por delito de atentado. La pena máxima de cárcel impuesta en Andalucía ha sido de dos años.

El último caso, en Chipiona

El último caso del que se tiene constancia en el Distrito Jerez-Costa Noroeste ocurrió en el centro de salud Tolosa Latour, en Chipiona. La víctima, una doctora que estaba trabajando en el área de Urgencias del centro, fue objeto de una agresión física así como de insultos por parte de una persona no identificada que exigió medicamentos para su pareja. La afectada, acompañada del director del centro de salud, presentó el mismo día una denuncia en la Comisaría. Inmediatamente, el SAS activó el protocolo de actuación existente para estos casos.

La importancia de la prevención

En el Colegio de Médicos, donde hay personal jurídico dedicado en exclusiva a estos casos, insisten en la importancia de la prevención de este tipo de situaciones. “Aconsejamos a nuestros colegiados que siempre denuncien las agresiones”, asegura Morgado, a la vez que solicitan a la Consejería de Salud que disponga de mayores medidas de seguridad y mecanismos de defensa en los centros sanitarios, como timbres antipánico y personal de seguridad. Recientemente, tuvieron un encuentro con el delegado de Salud, Ángel Acuña, en el que se abordó el problema. “Los sanitarios necesitan un lugar de trabajo seguro porque situaciones como éstas afectan a la dignidad profesional”, insiste el presidente del Colegio. A su juicio, “hay sistemas de protección en algunos sitios, donde parece que se dan más agresiones pero no es una circunstancia igualitaria para todos. Hay profesionales que se ven solos”.

Según el SAS, en la provincia existen 173 timbres antipánico, 1.144 interfonos y 89 teléfonos, así como 282 salidas alternativas, 85 videocámaras y 72 vigilantes de seguridad. A ello hay que sumar también la formación de los profesionales para saber reaccionar ante una posible agresión o acto violento. Salud tiene desde 2005 un Plan de Prevención y Atención ante las agresiones con el objetivo de reducir las posibles agresiones, al tiempo que ofrece asistencia jurídica y apoyo psicológico al profesional que lo necesite.