Innovar. Renovarse o morir. Crear sinergias. Ir de la mano y combinar fuerzas para ser más fuertes en el mercado… Puede que todas esas sean las consignas más conocidas de cualquier manual para hacer negocio, pero lo cierto es que encajan como un guante en la filosofía que impregnan cada día a sus productos empresas como la conocida bodega González Byass y la quesería ecológica El Gazul, que ahora si cabe se unen un poco más.
Y no se trata de las habituales combinaciones para degustar una copa de jerez con el mejor queso, sino de dar un paso más allá y dar a luz un nuevo producto que nazca de la unión de ambas materias primas. Es decir, se trata de curar los quesos impregnados de vino del Marco, al estilo de lo que ya se hace en otras regiones con caldos como los tintos.
La idea partió de la propia bodega que sugirió a Jorge Puerto, maestro quesero que tiene su empresa en Alcalá de los Gazules, que probara a añejar sus productos ecológicos con sus vinos. En concreto, con el oloroso dulce Solera 1847.
Ahora, apenas unos meses después de esas primeras pruebas miembros de ambas empresas han podido probar el resultado. Y las sensaciones no pueden ser más halagüeñas, como explicaban hoy desde la cuenta oficial de Twitter de la bodega (@bodegastiopepe) al afirmar que “habrá más pruebas, pero… ¡ya hay producto!”.
En esta primera fase aún experimental se han probado dos curaciones distintas del queso ya curado con Solera 1847: durante un mes y dos meses. “El resultado ha sido magnífico”, explica José Argudo, Brand Manager de González Byass, que apunta que el resultado más exquisito es el que se acerca al mes y medio de curación en vino.
“Aún hay que hacer pruebas, por ahora siempre con Solera 1847″, apunta Argudo, al tiempo que el enólogo de la casa, Antonio Flores, da más pistas de cara al futuro invitando a probar con el Palo Cortado Leonor, con el amontillado Viña AB o con el oloroso seco Alfonso.
Los asistentes a la cata, como el experto gastronómico José Ferrer, también han puesto sobre la mesa opciones como que el queso se introduzca en el vino cuando aún es más joven y está menos curado, que el proceso se haga al vacío o que se deje más tiempo en el oloroso dulce.
Sin duda habrá más pruebas, pero como recuerdan desde González Byass, el Solera 1847 “es un vino denso, y por tanto la penetrabilidad en el queso es más baja y funciona a la perfección”. Al probarlo, en concreto el que ha pasado un mes envejeciendo en vino, se descubren sensaciones como que “tiene toques de pasa en la corteza”.
Y es que hay que recordar a los profanos en este exquisito queso de la provincia que se trata de un producto ecológico que se hace con leche de cabra payoya y con aceite de Algodonales, sin conservantes, por lo que incluso su corteza es comestible.
Este queso logró el premio “super oro”, el máximo galardón que se obtiene en el certamen internacional World Cheese Awards que tuvo lugar en la ciudad inglesa de Birminghan en noviembre de 2012 y en el que participaron 2.500 quesos procedentes de 30 paises.
El galardón en este concurso, considerado el más importantes a nivel internacional, supone para el queso de la empresa de Jorge Puerto estar entre los 50 mejores del mundo, “un reconocimiento que consigue por primera vez un queso de la provincia”, como recordaba en su momento la revista gastronómica Cosas de Comé.