La alcaldesa, María José García-Pelayo, ha presidido este mediodía en Los Claustros de Santo Domingo, el Pleno Extraordinario y Solemne para distinguir al hostelero Faustino Rodríguez, propietario del Bar Juanito, con el título de Hijo Predilecto de la ciudad.

El acto ha reunido a representantes de la hostelería, la sociedad y la empresa de la ciudad, así como a miembros del sector empresarial y administrativo y un gran número de ciudadanos. Además de la alcaldesa, en la ceremonia ha participado, como amigo personal del galardonado, el periodista y director de Diario de Cádiz, David Fernández, así como el delegado de Turismo, Cultura y Fiestas, Antonio Real, como instructor del expediente del nombramiento.

En su discurso, la regidora ha destacado la figura de Faustino Rodríguez, el primer profesional de la hostelería que es nombrado Hijo Predilecto, como “fundamental en el panorama empresarial y social de nuestra ciudad”. “Como empresario, tu sólida trayectoria al frente del Juanito y de Altacazuela, capeando y sobreviviendo a las épocas de crisis, te convierte en un auténtico ejemplo para los emprendedores jerezanos, a quienes estoy segura, ofreces todo tipo de consejos con tu sonrisa siempre por bandera, porque eres toda una autoridad en ese gremio tan relevante para nuestra economía como el de la hostelería”, ha destacado la primera edil.

La alcaldesa ha señalado que “en la tramitación del expediente de Hijo Predilecto que ha tenido masivas adhesiones te hemos querido devolver todo lo que tú has dado a Jerez”. La regidora ha añadido que “con tu ejemplo más que un Hijo Predilecto has sido y eres un padre para Jerez”.

En su discurso, el periodista David Fernández, ha dado lectura a una emotiva semblanza de Faustino, en un recorrido por la vida del “niño que empezó fregando vasos y copas junto a su padre, haciendo mandaos en el bar y a la vez en el casino, soplando los anafes de carbón y recorriendo todos los rincones de la plaza, se ganó la amistad de todos por lo mismo que hoy es el predilecto de los jerezanos, por ser el artesano del buen comer y el arquitecto del buen ambiente. Gran amigo de sus amigos, es el preferido de sus paisanos gracias a su especial afecto, ese don que hace que uno sienta la necesidad de perseguirlo allá donde vaya cuando la inspiración le acompaña. Su mano izquierda, su vocación de servicio y su gigantesco sentido del humor siempre le acompañan, de ahí que más que a comer o a tapear, uno acude a su casa para ver a Faustino y sobre todo para oír sus historias y anécdotas, en suma para pasar un buen rato”.

Por su parte, Faustino Rodríguez, ha tenido palabras de agradecimiento a Jerez y a todos los jerezanos, así como al Ayuntamiento, por distinguirle con este nombramiento. Y, ante todo, ha querido dar las gracias a su familia por su apoyo incondicional y permanente en el mantenimiento y el impulso del negocio familiar.

Según recoge el expediente aprobado en el pleno, la distinción “se sustenta en el hecho de ser depositario de excepcionales valores profesionales y humanos, constituyendo un referente singular de una manera de entender la vida, el diálogo y la convivencia”.

“Su trayectoria vital y profesional desarrollada desde Jerez, son fiel reflejo de los valores esenciales de excelencia de nuestra Ciudad, que él ha procurado siempre que sea admirada y conocida en todo el mundo. Igualmente es destacable su trabajo y preocupación por Jerez a nivel interno, participando, colaborando o promoviendo actos y acciones en pos de conseguir una mayor calidad como ciudad siendo ejemplo de emprendedor, pero sobre todo con su vocación de servicio con los más desfavorecidos”, reza el expediente.

El documento destaca que “Faustino Rodríguez Marín nace en Jerez el 21 de diciembre de 1946, hijo de Juan Rodríguez  Velázquez y Dolores Marín Morales, en el seno de una familia de siete hermanos. Realiza sus estudios en el Colegio del Buen Pastor, de La Salle. Comienza a trabajar, en 1960, con 16 años, de ordenanza en el Casino Jerezano, mientras ayuda en el bar. En 1963 empieza a trabajar de forma fija en el tabanco que su padre fundó en 1943 en la Plaza de la Yerba, tras dejar su trabajo en la panadería familiar, la panadería “Faustino” situada en la calle Clavel. En 1983 se abre el nuevo establecimiento en el número 1 de la calle Pescadería Vieja, una vía ubicada en el centro de la ciudad, pero que por aquel entonces no estaba en unas condiciones muy buenas, pero que al cabo de los años se ha convertido en uno de los lugares más atractivos de la hostelería de la ciudad y en un símbolo de la gastronomía tradicional de Jerez”.