El sueño del colegio García Lorca se ha hecho realidad. Hoy, tras tres años paralizado por falta de mantenimiento, el elevador del centro escolar está ya arreglado y preparado para cumplir su cometido: evitar que dos alumnos no suban las escaleras como tienen aconsejado por prescripción médica.

Todo empezó cuando Reporteros Jerez publica en su web la denuncia de las familias y la intención de la asociación de madres y padres del centro escolar de iniciar una recogida de firmas para que, de una vez por todas, las administraciones se hicieran cargo del mantenimiento del aparato. En un primero momento, tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento aseguraron que no se trataba de su competencia. Dos días más tarde, la delegada de Educación, Lidia Menacho, anunciaba que el Consistorio correría con los gastos del mantenimiento por el bien de los niños a pesar de que, insistía, no se trataba de responsabilidad suya. El AMPA acudió al Ayuntamiento, donde les explicaron que la contratación del mantenimiento llevaba sus trámites y, por tanto, su tiempo.

Mientras tanto, el delegado de OTIS, Alberto Rubio, se puso en contacto con el colegio a través de este medio de comunicación y una semana después, el elevador está listo para funcionar. “Han estado trabajando desde las nueve de la mañana hasta las 13.30 horas porque el elevador estaba en bastantes malas condiciones después de tanto tiempo”, explica el director del centro, Javier Cordero. “Se lo agradecemos muchísimo a esta persona y a OTIS, que lo han hecho de forma totalmente desinteresada, pensando solo en los niños. Esto no suele ocurrir en estos tiempos”.

La madre de una de las alumnas que necesita el elevador, Pilar de los Ríos, ha mostrado su satisfacción: “Estoy muy contenta. Ya no tendremos que preocuparnos más por si mi hija se cae por las escaleras”.

Aunque insisten en que no es de su competencia, la Delegación municipal de Educación “asumirá en la medida de lo posible” el mantenimiento del elevador del colegio García Lorca, que lleva tres años sin funcionar. Como ha confirmado hoy Lidia Menacho, “no podemos mirar hacia otro lado sabiendo que hay dos niños que lo necesitan, a pesar de que ese gasto no es de nuestra responsabilidad”.

La edil, que ya dijo este lunes que era un asunto de la administración autonómica, ha destacado que “el Ayuntamiento tiene muy poquitas competencias en los centros escolares”, limitadas a “obras menores y vigilancia”. Ha insistido, igualmente, en que “después reclamaremos el coste a la Junta de Andalucía”. Se da la circunstancia de que hay otros colegios, como el Torresoto, donde el mantenimiento del elevador está costeado por el ente municipal. La diferencia con el CEIP García Lorca es que este último fue instalado por la Junta mientras que en Torresoto fue el Ayuntamiento el que costeó el dispositivo por las necesidades de una alumna.

Menacho asegura que se ha reunido “en varias ocasiones” con la asociación de madres y padres de alumnos del colegio y que “el mantenimiento de ese ascensor lo asumió durante un tiempo el ISE (Infraestructuras y Servicios Educativos, de la Junta) y otra temporada el colegio con sus propios recursos. El Ayuntamiento, nunca”. No obstante, entiende que “siempre empujen a la administración más cercana”.

Menacho ha explicado que “mientras que el Ayuntamiento invierte en los centros escolares, la Junta no aparece por Jerez. A esta ciudad no han llegado el Plan Ola 1 ni el 2″. “Lo que no podemos consentir es -continúa la concejal popular- que los niños resulten perjudicados por esta dejadez”.

Cada mañana, Pilar de los Ríos y Juan Carlos López, padres de una alumna del colegio García Lorca, pasan junto al elevador antes de subir las escaleras para ayudar a su hija a llegar a clase acarreando su maleta. Hace tres años que el ascensor instalado en el centro no funciona porque ni el Ayuntamiento ni la Junta de Andalucía se hacen cargo de su mantenimiento mientras que dos alumnos se enfrentan cada día a los peldaños -a pesar de que se lo desaconsejan los médicos- para poder sentarse en sus pupitres dos plantas más arriba.

“Las administraciones se pasan la pelota unas a otras y nada”, asegura la presidenta de la asociación de madres y padres del centro, Paqui Pliego. Lo más difícil en estos casos, que es contar con el ascensor, ya lo tienen por lo que es menos comprensible aún esta situación. Tanto la dirección del colegio como la AMPA han remitido escritos, hecho peticiones y solicitudes a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento sin que, en todo este tiempo, haya aparecido un técnico de ascensores por el recinto. La plataforma elevadora -no es un ascensor al uso- funcionó durante cuatro años: la mitad del mantenimiento estaba cubierta por la garantía y la otra mitad la aportó el Ayuntamiento.

“Mi temor es que mi hija se caiga por las escaleras y se haga más daño”, explica Pilar de los Ríos. La niña lleva dos años con un corsé por un problema de columna y no es aconsejable que suba y baje escalones cuatro veces al día ni que lleve peso alguno. Así, antes de las nueve de la mañana y a las dos de la tarde sus padres la acompañan a clase y la recogen. “No quiero que otros niños tengan que ayudarla ni interferir en el trabajo de los profesores”, asegura su madre. “No van a hacer nada hasta que pase algo, como casi ocurre con la cornisa del patio hace unas semanas”, recuerda. Además de esta alumna, otro compañero con problemas en un pie y su familia también contemplan con impotencia cada día el ascensor inutilizado, “muerto de risa”.

Campaña de recogida de firmas

Sin saber ya a quién recurrir, la asociación de padres del colegio ha decidido emprender una campaña de recogida de firmas en el centro, en el barrio y en toda la zona sur para reclamar que las administraciones se hagan cargo de una vez por todas del mantenimiento del elevador. “Llevaremos las firmas a donde haga falta hasta que nos escuchen”, asegura convencida Fátima García desde la AMPA.

Hay otros colegios de la ciudad donde el Ayuntamiento instaló un elevador y se está haciendo cargo ahora de su mantenimiento. En el García Lorca fue la Junta de Andalucía la que abonó el dispositivo por la necesidad de un alumno que utilizaba silla de ruedas. Otro problema añadido para el centro es que no pueden hacerse cargo ellos directamente del mantenimiento del ascensor ya que no reciben aportación municipal alguna para gastos como éste desde el año 2007.