Vivimos tiempos tristes, marcados por la necesidad de encontrar el sustento material diario que nos permita alcanzar una nueva mañana, de otro día cuyo único sentido será afanarse en la misma empresa… subsistir; y esta realidad nos aplasta, nos anula como persona, nos ata a lo material, nos empobrece el espíritu, nos simplifica, nos agobia y nos lleva a la frustración. Pobreza sobre pobreza.
Algunos mucho mas que otros, pero Todos estamos viéndonos afectados por esta crisis implacable que no cesa, que se estira como un chicle, que se alarga y compite con nosotros, obligados a participar en esta dura carrera de fondo.
Así que habrá que decir “¡Se acabó!” y retomar el rumbo de nuestras vidas. Puede ser fácil decirlo, pero más allá de la palabrería, creo que ES OBLIGADO DECIRLO: ¡Se acabó!, vamos a salir de esta.
Para ello, es esencial el OPTIMISMO; estamos aburridos de tanta crisis, de tanta cifra macroeconómica, de tanta estadística, de tanta impotencia. Es hora de que nos apetezca creer en uno mismo, en nuestras posibilidades, habilidades y cualidades… en nuestro propio destino. Cada uno de nosotros somos muy bueno en algo: hay que plantearse si es posible poner esas cualidades personales, eso que sabemos hacer tan bien, en valor.
A medio plazo no se va a producir una recuperación espectacular del trabajo asalariado suficiente para eliminar la dramática cifra del paro. Por eso, inevitablemente, una gran parte del nuevo empleo vendrá del surgimiento del trabajo autónomo, de las personas emprendedoras; y bajo este adjetivo, el de “Emprendedores”, podemos estar todos; un análisis de nuestras virtudes, un aporte de IMAGINACIÓN, y el diseño de un proyecto, sencillo, pequeño, pero claro y basado en nuestra capacidad y en nuestro trabajo, nos puede dar la clave para iniciar un camino de recuperación, de superación y de crecimiento en nuestras expectativas profesionales y de trabajo. Y con ello una revolución de nuestra vida personal. (Nada está exento de problemas y de sacrificios)
Estamos en una situación en la que, en muchos casos, solo cabe aventurarse, animarse a construir, “buscarse la vida”.
Piénsenlo, no lo descarten así por las buenas. construyan una idea, medítenla, planifíquenla, elaborenla con realismo, detalle e imaginación,.. y si consideran que es viable, crean en ella con todo su afán, busquen ayuda, y pónganla en marcha: les funcionará.
No creo en la suerte, pero sí en este fórmula:
OPTIMISMO+IMAGINACIÓN,+SACRIFICIO+TRABAJO= SUERTE.
Buena Suerte!