“Voy a entrar en la empresa más grande de este país”. Cuando Esteban Vigo pronunció estas palabras se me vino a la cabeza una frase del escritor uruguayo Eduardo Galeano, que define al futbolista como “un afortunado que se libró de la oficina”. Básicamente esa era la idea, era, ya que la burbuja futbolística estalló hace un par de años y la gallina de los huevos de oro se ha ido acercando desde entonces a la realidad social. Leer noticia completa