El proyecto laboral hispano-francés que promueven las entidades locales de Torrecera, San Isidro, Estella del Marqués y Guadalcacín, podría llegar a crear hasta 500 empleos anuales a medio plazo. ésas, al menos, son las previsiones que maneja el empresario francés François de Candé, la cabeza visible del mismo en el país vecino, quien ha visitado en días pasados la zona rural de Jerez para entrevistarse tanto con los alcaldes pedáneos como con los hombres y mujeres que ya se están formando en el idioma, como, especialmente, para verse con pequeñas empresas de la construcción de la zona a las que pueda interesar realizar trabajos de carácter temporal en Francia.
Tras el encuentro de estos días, el empresario francés, que ya tuvo ocasión de contratar a varias decenas de personas durante las campañas agrícolas de la segunda mitad del pasado año, se ha mostrado muy impresionado por “el coraje, la valentía y el interés”, tanto de las personas dispuestas a ir a trabajar al país vecino como, especialmente, por los alcaldes y alcaldesa rurales implicados, que, según De Candé, “demuestran una preocupación por sus vecinos y vecinas muy impresionante”.
Lo más importante del proyecto es que, tras la visita, “en absoluto ha perdido fuerza sino que ha cobrado un nuevo impulso”; por lo que las previsiones iniciales de contratación, “de entre 100 y 200 personas anuales”, podría llegar a alcanzar una cifra de 500 en un plazo medio. Contrataciones que ya no sólo se circunscribirían a los sectores agrario y de la construcción, sino también al industrial, según prevé de Candé.
Las jornadas vividas en Torrecera, Estella, Guadalcacín y San Isidro han servido para avanzar en el proyecto de crear una empresa de capital francés a caballo entre ambos países que pudiera facilitar la contratación de estos empleados y empleadas españoles en diferentes áreas, “siempre teniendo en cuenta que el Gobierno francés obliga a contratar por el salario mínimo interprofesional francés, es decir, algo más de 1.400 euros”. Eso sí, en todos los casos se prevé que estos contratos tengan una duración máxima de seis meses, “ya que de ampliarse el mismo, los empleados pasarían a cotizar en el sistema francés”.
El objetivo es que trabajadores en desempleo de las cuatro entidades locales unidas en este proyecto puedan beneficiarse de trabajos de tiempo definido en los que los empresarios franceses tienen a menudo dificultades en contratar. Así, se puede decir que ya está en marcha el segundo paso de este proyecto: ampliar la oferta laboral inicial de la meramente agrícola a la construcción para autónomos y pequeñas empresas dispuestas a reformar y remodelar casas rurales y châteaux franceses.
Hay que recordar que, a través de esta iniciativa, alrededor de sesenta familias han probado ya esta relación laboral con el país vecino y nuevos grupos se preparan para salir ya en las próximas semanas, en el que, por sus características, es un proyecto pionero en nuestro país.
A pesar de que durante esta semana muchos medios se han hecho eco de esta iniciativa y también muchos ayuntamientos se han mostrado dispuestos a entrar en el proyecto, los promotores del mismo creen que, de momento, está bien dimensionado y no aspiran a abrirlo a nuevos municipios en tanto no se vaya dando solución a la demanda de trabajo que se ha planteado para las alrededor de 400 personas que de las cuatro entidades locales se encuentran en este momento pendientes.