Divide y vencerás. ‘Divide et impera’, esa frase que le atribuimos a Julio César y que no es una más que una estratagema para lograr un objetivo a costa de enfrentar a los demás. Eso es el xerecismo a día de hoy. Una estratagema para lograr un objetivo, y lo ha sido siempre. Porque el Xerez lleva politizado desde hace ya más de dos décadas. Estar politizado supone unos intereses, intereses que suelen estar muy apartados de lo que es el fútbol, y para lograr esos intereses, qué mejor que dividir.
En el Xerez tenemos dos asociaciones de peñas, la Federación de Peñas (FPX) y la Agrupación de Peñas y Abonados (APAX), tenemos dos asociaciones de jugadores veteranos, hemos llegado a tener dos directores deportivos a la vez, dos jefes de prensa, dos coordinadores de cantera… La famosa duplicidad de cargo no significa que el Xerez es más chulo que nadie. No. Eso significa que hay que dividir.
Siempre ha sido así. Desde que papá Ayuntamiento se encargó de la capitalización del Xerez en la década de los 90, el Xerez ha estado politizado y, por ende, dividido. Politizado o municipalizado, como lo quieran llamar, pero con estadio municipal, sede municipal, agua y luz municipal, campo de entrenamiento municipal… Ese es el modo, dependencia, intereses, estar divididos…
No es la primera vez en su larga historia que la masa social azulina pasa por un momento de inestabilidad que podria llevar al club a su desaparición. El xerecismo ha pasado por momentos críticos. Cuando el equipo se mudó de las instalaciones de Domecq al estadio que se estaba construyendo en la Hijuela del Polo ya había voces discordantes que decian que Domecq era su casa. Cuando el equipo se tuvo que exiliar a Sanlúcar de Barrameda, el acto de politización futbolística más grande que haya vivido Jerez, el Xerez y posiblemente el fútbol español, muchos no querían volver a Chapín… Ni tan siquiera a La Juventud. Oliver, Gil Silgado, Morales o Mateos, Souza o Energy mediante, todos han utilizado el ‘Divide et impera’ de Julio César, es el modo, la estratagema.
Daré el beneficio de la duda a los que gestionan el club, no sé si se hace con el fin de gobernar tranquilos con la división de la masa a sus espaldas, pero lo cierto es que se consigue, y si se consigue, el que pierde es el individuo, por encima de la masa y sus objetivos o valores.
Esta división que comento sigue existiendo a día de hoy. Ni tan siquiera el hecho de juntar a Fundación del Xerez, las dos agrupaciones de peñas, las dos asociaciones de jugadores veteranos, e incluso al único socio fundador vivo del Xerez sirvió para romper esta división. A las 24 horas de presentarse la creación del Xerez Deportivo FC ya existían voces discordantes, que hablaban de protagonismos, egos, ‘hechuras’ jerezanas al fin y al cabo. Ni así se unió el xerecismo.
Poco después llega Energy, y vuelta a la división, vuelta a las discusiones, vuelta al ‘divide y vencerás’. Las redes sociales han sido el medio, apuntar desde un teclado y que otro dispare, pero con el mismo fin, dividir. Esta división es tan eficaz (y a la vez malévola) que me temo que logre su meta final; la victoria. Pero la victoria de la empresa, de la industrialización del sentimiento romántico del balompié por encima del propio deporte. Mañana hay asamblea, el instrumento democrático por antonomasia, donde todas las partes, divididos o no, interesados o no, toman y tienen la palabra. El viernes, otro instrumento de democratización por encima de jerarquías legaslativas; el referéndum, también dará la oportunidad de dejar de lado esa división, dando la oportunidad al individuo de ir más allá del sentimiento, por llamarlo de una manera, de una masa manipulada.
Son dos momentos que yo he definido como históricos para el xerecismo, pero me temo que el trabajo ya está hecho. Hemos sido divididos. Como diría Julia César, “el Imperio ha vencido”.
Pues si hacerte un estadio nuevo es dividirte, entonces yo quiero que me dividan. El Xerez siempre ha estado ultra-arropado por el ayuntamiento. Era una de las obsesiones de Pacheco, quizás la mayor de ellas. Lo que ocurre es que ahora el ayuntamiento no tiene un euro: de ahí los problemas actuales.