“Había que hacer algo en la Campiña de Jerez y poner en valor nuestros viñedos”. Ése es el resumen de la iniciativa que han presentado hoy en el Consejo Regulador la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, y el delegado de Urbanismo, Antonio Saldaña, un Plan de Desarrollo para el Viñedo que quiere que el Marco tenga más recursos y que así pueda ampliar su oferta enoturística, pero también que los propietarios de las fincas puedan tener otros ingresos más allá de los que les da la cosecha de la uva.
De esta forma, hoy se ha presentado al sector (bodegas y propietarios de viñas) el documento base de este plan que debe estar listo en tres meses y en el que se recogerán no solo las estrategias a seguir, sino todo el trabajo que tiene que poner en marcha la administración local para agilizar trámites y para permitir dar nuevos usos a parte de este suelo.
Lo explicaba esta mañana muy a las claras la primera edil: “No se trata de alicatar la Campiña, ni de llenarla de usos residenciales, pero por qué no puede haber pequeños restaurantes, museos, escuelas hípicas, hotelitos o spa”. “Sabemos que tenemos un potencial inmenso, lo que tiene Jerez es una joya, pero hay muchas casa de viñas que se están cayendo y con este proyecto queremos animar a los propietarios a mantenerlas y a ponerlas en valor”, ha añadido hoy la regidora.
De esta forma, para desarrollar este plan se ha hecho un estudio de una extensión de 4.748 hectáreas. “La superficie de viñedos del término municipal de Jerez es más amplia, pero el estudio que hemos hecho se ha centrado en los viñedos situados en la parte oeste, donde el paisaje está más compactado y está menos disperso”, ha explicado Saldaña, que ha insistido que “lo rural no es hoy sinónimo de declive, sino todo lo contrario”.
Como ha recalcado el delegado de Urbanismo, debe ser la iniciativa privada la que tome las riendas de la inversión, pero desde el gobierno local “hay ganas y papeles”. Y es que una de las trabas que más preocupa a los propietarios, la de la normativa, está salvada. Tal como ha explicado Saldaña, el PGOU ya posibilita la implantación de determinadas actividades económicas en suelo no urbanizable”, y si fuera necesario, ha señalado, “cabría la posibilidad de regular nuevas actividades compatibles con una explotación basada en el mantenimiento y el fomento de los valores tradicionales”. Porque eso sí, habría límites muy claros de qué usos estarían prohibidos por ser contrarios a la conservación del patrimonio.
Esperemos que sea para dar mas trabajo a los que no tienen y no dar mas dinero a quien ya lo tiene.